Las cirugías faciales solían ser algo de lo que solo se hablaba entre celebridades de Hollywood. Pero hoy en día, gracias al profesionalismo de médicos y cirujanos en general, es algo común y accesible al bolsillo de todos.
No obstante, recurrir a manos inexpertas puede generar resultados indeseados y hasta peligrosos, por eso en esta publicación enumeraremos algunas de las correcciones más comunes.
Rinoplastias
La rinoplastia es una modificación quirúrgica que modifica la forma, posición o tamaño de la nariz. Puede realizarse por motivos estéticos o funcionales, para mejorar problemas respiratorios que pueden ser ocasionados por la deformidad o la desviación del tabique nasal o accidentes.
Su mala práctica puede generar, entre otros, una resección en exceso de los cartílagos alares que se encargan de darle forma a la punta de la nariz haciendo que esta se vea retraída o cortada.
Para corregir esto se debe realizar, al menos, otra rinoplastia que repare y moldee los tejidos pertinentes para lograr una punta de la nariz natural y armónica. Prolongar su extensión con una lámina de cartílago cuando sea necesario y, en algunos casos, se debe rehacer el puente o caballete con una pequeña incisión.
Otoplastia
Se denomina otoplastia al procedimiento quirúrgico a través del cual se busca reducir y remodelar el tamaño de las orejas o la forma de los lóbulos, incluso reconstruir una oreja ausente o afectada por algún accidente o malformación.
Aunque es una intervención mínimamente invasiva y generalmente segura, si es realizada por un cirujano inadecuado o con poca experiencia, puede tener efectos adversos e indeseados. Algunos de estos pueden ir desde el sangrado excesivo por demasiada sangre acumulada entre el cartílago y la piel y la infección de los puntos hasta la insensibilidad de la zona afectada.
Afortunadamente, la mayoría de estos problemas pueden corregirse por un profesional adecuado, logrando así una correcta simetría de las orejas con el rostro del paciente y una correcta cicatrización posoperatoria mejorando su imagen y confianza.
Lifting facial
La ritidectomia o estiramiento facial, proceso conocido generalmente como lifting facial, es una intervención quirúrgica que se realiza con el objetivo de dar un aspecto rejuvenecido y fresco al rostro, reduciendo la flacidez o los pliegues de piel que se producen en los pómulos o en la zona mandibular producto del correr de los años.
No obstante, este procedimiento no corrige los daños cutáneos ocasionados por la excesiva exposición al sol. Las complicaciones de este tipo de cirugía no suelen ser comunes, de producirse pueden cambiar considerablemente la apariencia de la persona.
Cuando la sangre se acumula bajo la piel, se produce un hematoma, provocando presión e hinchazón; siendo este la complicación más usual. Otros peligros pueden ser cicatrices elevadas y rojas, pérdida de cabello cerca a la zona de la operación y, en casos extremos, incluso lesiones en los nervios.
En los casos citados, si los hematomas son tratados de inmediato se pueden evitar daños en piel y otros tejidos, mientras que las inyecciones de corticosteroides son un tratamiento efectivo para el tratamiento de las cicatrices. Por otra parte, la parálisis facial puede durar meses o hasta un año, siendo una nueva cirugía la solución en casos necesarios.
Una mala cirugía de rostro no es el final
Como has visto en este artículo, se debe tener cuidado a la hora de realizarse una intervención quirúrgica en el rostro. No obstante, existen profesionales especializados en corregir aquellas cirugías mal ejecutadas y, con dichos procesos, puedes obtener resultados excelentes que satisfagan tus expectativas y que te ayuden a elevar tu autoestima al ver tu rostro renovado.
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