Derivado de muchos casos que resultaron con consecuencias negativas, en pacientes que optaron por el uso de biopolímeros para su diseño estético, es muy recurrido el uso de la cirugía para extracción de biopolímeros o de reconstrucción.
Ya que los biopolímeros son macromoléculas que pueden ser naturales o sintéticas, estas pueden ser rechazadas por el cuerpo al identificarlas como un agente externo. Lo cual genera algunas consecuencias que son reacciones naturales del cuerpo para protección de agentes no reconocidos, como inflamación o encapsulamiento.
El encapsulamiento son gránulos que deforman el área y cambian la textura y color de la piel. Así mismo la inflamación puede llegar a generar mucho dolor, agotamiento, falta de concentración, malestar general en el paciente, por lo cual no se recomienda utilizar estos compuestos. Algunas de las cirugías de extracción de biopolímeros más comunes son en labios, pómulos, surcos nasogenianos (aquellos que se forman alrededor de la boca), en la frente, el mentón, mejillas, mamas, nariz y glúteos. En los glúteos se corre el riesgo que los biopolímeros migren hacia zonas como espalda y piernas.
Primero se requieren realizar análisis de valoración del área, estos nos ayudan a verificar cómo realizar la extracción puesto que se pueden encontrar comprometidos piel, músculo y hueso. También se determina el resultado a obtener, de esta manera el paciente tendrá claro cuál es el alcance real de la reconstrucción y una mejora de su estado de salud, que al final del día se traduce en calidad de vida.
Algunos criterios evaluados para determinar el tipo de cirugía que se realizará son:
Tipo de sustancia inyectada
Cantidad y tamaño de gránulos
Grado de deformidad de la piel
Consistencia de gránulos
Todo lo anterior determinará el porcentaje de biopolímeros que es posible retirar, el cual puede variar entre un 50% y 80% en el resultado final, así como tratamiento post-operatorio.
La técnica de la cirugía se compone de dos pequeñas incisiones ubicadas en zonas no visibles del cuerpo, en esta se introduce equipo especializado para derretir el biopolímero por medio de ultrasonido interno de alta potencia. Emitiendo calor y radiofrecuencia que permite desintegrar y extraer todo el material.
Para realizar la cirugía es necesario utilizar anestesia local o general. La garantía de resultados con respecto a otras técnicas es que al ser un tratamiento térmico favorece la adhesión de la piel a la nueva forma, una vez fueron retirados los gránulos. Estimula la generación de colágeno en la zona para dar soporte y relleno de fibra natural al área una vez queda vacía. Si la piel sobrante es una cantidad considerable será necesario posterior a la cirugía de extracción de biopolímeros retirar el exceso.
Cuidados post-operatorios
Este proceso es otra fase decisiva para el resultado, por lo que se recomienda seguir al pie de la letra las indicaciones médicas. La duración dependerá del tipo de cirugía, pero puede ser un periodo hasta de 15 días. Se requieren entre 10 y 15 sesiones de fisioterapia para rehabilitar el cuerpo. A través de drenaje linfático, presoterapia y ultrasonido de baja potencia, ayudarán a eliminar todos los biopolímeros que podrían encontrarse en el cuerpo hasta 8 días después de la cirugía.
La ventaja principal de este tratamiento es que es el menos intrusivo, así como brindamos asistencia post-operatoria de manera que el paciente se encuentra acompañado por especialistas mientras observa los cambios en su salud, en la recuperación de las zonas afectadas y la restitución de su estado natural.
Ya que la experiencia es fundamental en el resultado de la extracción de biopolímeros, cuento con 15 años de experiencia especializado en este tipo de cirugías.