Si te has sometido a una mamoplastia de aumento, o tienes pensado en hacértela, es muy probable que tengas dudas sobre la durabilidad del implante. Por ello te queremos explicar todo lo que necesitas para que puedas dar por cerrada esta cuestión. Empecemos.
Como lo hemos dicho en artículos anteriores, la mamoplastia de aumento se ha posicionado como una de las tres cirugías más realizadas a nivel mundial. Es por ello que, de la mano a esta popularidad mantenida, se encuentran las dudas e inquietudes que pueden hacer que tomar la decisión sea un poco más complicado. Una de esas dudas está relacionada al tiempo de caducidad de las prótesis o implantes mamarios.
Es posible que durante tu búsqueda sobre este tema te hayas encontrado con uno de los mitos más populares: “Lo mejor es cambiar los implantes cada diez años”. Afirmación que fue desmentida en su momento por la Sociedad Americana de Cirugía Plástica, ya que en un informe realizado dio cuenta de que, si bien es necesario realizar revisiones periódicas y rutinarias a los implantes, en gran parte de los casos, estos se encuentras en óptimas condiciones después de ese periodo de tiempo.
Según un informe publicado por la Administración de Alimentos del Medicamento (FDA), tan solo 1 de cada 5 pacientes requiere de algún tipo de intervención, 10 años después de su colocación.
Ahora bien, es importante tener en cuenta que los implantes utilizados para la realización de mamoplastias de aumento, no están diseñados para tener un uso de por vida, por lo que el tiempo de desgaste y retiro depende de factores como:
- Condiciones físicas de cada paciente.
- Tipo de implante.
- Calidad del implante.
En sí, es difícil precisar el tiempo exacto para que cada paciente realice el cambio de sus implantes, sin embargo, los cuidados y revisiones periódicas ayudarán a que la respuesta general esté adaptada a tu caso particular.
Por ello es importante que:
- Sigas en revisión con tu cirujano.
- Realices un autoexamen mensual.
- Lleves a cabo una mamografía cada dos años después de los 30 y cada año después de los 40.
- Informar a tu ginecólogo o a tu cirujano en caso de que identifiques alguna modificación física o morfológica en tus senos.
También para evitar contratiempos futuros frente a tus implantes y el procedimiento quirúrgico en general, es necesario:
- Como se mencionó con antelación, tener en cuenta que los implantes no duran para toda la vida.
- Verificar las características del producto, así como de sus riesgos, advertencias, precauciones y estudios de respaldo.
- Infórmate con tu cirujano, él está en la completa obligación de darte asesorías antes y después del proceso quirúrgico. De igual modo, el profesional deberá realizar un diagnóstico en el cual se revise la forma, tamaño y textura del seno y del implante a colocar.
- Mantente al tanto de los riesgos de tener un implante mamario y cómo cuidar tu salud.
- Consulta a tu médico de forma regular, con el fin de detectar a tiempo cualquier efecto secundario relevante y así prevenir cualquier tipo de molestia o complicación.
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Recuerda que puedes exigirle a tu médico toda la información necesaria sobre el procedimiento, los implantes y demás puntos de tu interés, con el fin de que ingreses al quirófano con total tranquilidad de que estás en manos adecuadas y que lo que será colocado en tu cuerpo, es de calidad y cumple con todas las exigencias médicas.
Así que, no olvides que cualquier efecto de algún procedimiento estético dependerá en gran medida de tu caso particular, de tus necesidades y de tu tipo de cuerpo y estado de salud.