Si eres una de las personas que alguna vez ha pensado en ponerse biopolímeros, esta información te puede interesar. Mucho hemos oído hablar de ellos, pero ¿realmente sabemos qué son? ¿Tendremos alguna idea de las consecuencias del uso irresponsable de estas sustancias?
Hoy vamos a contarte un poco más sobre este tema del que escuchamos tanto en la actualidad y explicaremos cómo pueden revertirse sus efectos negativos mediante algunas técnicas conocidas para extraer biopolímeros.
“Los biopolímeros son productos no compatibles con nuestro organismo que se inyectan en alguna parte del cuerpo con el fin de aumentar su tamaño”. Sin embargo, pueden afectar a diferentes órganos, tejidos y sistemas, produciendo daños y lesiones irreversibles que, en ocasiones, no podrán ser tratados.
Como consecuencia de lo anterior, pueden surgir problemas de manera inmediata o al cabo de un tiempo en nuestros cuerpos y organismos. Podemos llegar a desarrollar lo que se ha denominado como “iatrogénica”, que nos indica un daño causado por un agente extraño al organismo.
Se hace entonces necesaria una cirugía reconstructiva para la extracción de biopolímeros debido a que se empieza a presentar degeneración constante de los tejidos de forma irreversible y, en ocasiones, puede llegar a causar la muerte. También podemos recurrir a ella antes de que se haya manifestado algún daño y evitar así males mayores. La cirugía preventiva podrá, sin duda, evitarnos complicaciones futuras.
Este es un procedimiento que debe ser llevado a cabo por un cirujano plástico debidamente capacitado para manejar técnicas que permitan extraer el material inyectado, ya sea en glúteos, espalda, muslos, labios, pómulos, etc. La sustancia podría causarnos inflamación crónica, granulomas, ulceraciones e incluso necrosis que deben tratarse con técnicas adecuadas.
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Existen varias técnicas que se utilizan para la corrección de los problemas causados por los biopolímeros, y las listamos a continuación:
1. Ultrasonido Vaser
Se trata de una técnica en la que se emite energía láser diodo o vaser (ultrasonido interno). En el procedimiento se inyecta una solución salina en la zona a tratar. Posteriormente, este líquido anestesia la zona y contrae los vasos sanguíneos. Así, una pequeña sonda de ultrasonido actúa sobre las células grasas, las rompe y las reduce para permitir su aspiración al final del proceso.
2. Lipoaspiración láser
Con esta técnica se hace una extracción del exceso de sustancia con un equipo quirúrgico que utiliza energía láser para hacer que las células se licuen y, posteriormente, poder extraerlas a través de pequeños tubos llamados cánulas. Durante el periodo de curación, se deben usar prendas de compresión.
3. Videoendoscopia
Se inserta una cámara en la piel para visualizar lo que hay en el interior de la zona a tratar y así poder realizar pequeñas cirugías con herramientas puntuales, sin abrir grandes incisiones en la piel. Es una de las mejores opciones pues resulta ser una las menos invasivas. Es, además, una de las técnicas más recomendadas por sus pocos riesgos de dejar notorias cicatrices.
4. Cirugía abierta con grandes incisiones
Convencionalmente, es una especialidad médica que utiliza técnicas manuales e instrumentales, con la finalidad de hacer el retiro de la sustancia con aperturas en la piel y en la zona a tratar. Al igual que las pequeñas cirugías, es una técnica ampliamente recomendada. Aunque no nos garantiza evitar cicatrices, sí asegura un retiro adecuado de la sustancia.
Los biopolímeros pudieron resultarnos muy atractivos debido a falsas promesas y la poca información acerca de sus riesgos. Es importante que, ahora que ya sabes la importancia de hacerlo, acudas a un profesional serio para realizar esta extracción.