Cualquier procedimiento que se relacione con la implementación o extracción de biopolímeros, silicona líquida y grasa debe ser tratado por un grupo de expertos integrado por un cirujano plástico en conjunto con dermatólogos según el caso.
Hay pacientes que buscan inyectarse biopolímeros en el rostro o en los glúteos para aumentar volumen y pasado el tiempo desean retirarlo por decisión propia u obligados, debido a que el procedimiento al que se sometieron estuvo mal hecho, o su cuerpo reaccionó tardíamente de manera negativa a las sustancias introducidas.
Las claves del retiro de sustancias del cuerpo
El retiro del producto, al igual que su introducción, no es un tratamiento simple. De hecho, dicha extracción solo puede hacerse con tecnología ultrasónica. Se le denomina lipólisis. El equipo que se utiliza derrite y retira los biopolímeros aspirándolos y aún así, en ocasiones, no se logra retirar el producto por completo en una sola sesión. A esta operación se la conoce como lipoescultura ultrasónica de última generación. El equipo contiene una especie de punta de 3 o 4 milímetros que se introduce para aspirar el producto derretido.
Los biopolímeros deben ser retirados cuando causan una reacción inflamatoria excesiva en el organismo. Esto se manifiesta a través de la presencia de granulomas. En ocasiones, el cuerpo identifica los polímeros como algo extraño actuando de manera defensiva. A dicha reacción se le llama alogenosis y no es una reacción generalizada, se presenta en pocos casos.
Los estudios preliminares para conocer los riesgos deben considerarse desde el momento en el que el paciente decide inyectarse polímeros, siendo los glúteos una de las zonas en las que más se utilizan.
En este sentido, identificar la alogenosis es sencillo. Sus síntomas son:
- Calor.
- Enrojecimiento de la piel.
- Dolor.
- Sensación de quemazón subcutánea.
- Presencia de edemas.
- Hiperpigmentación.
- Ulceración y endurecimiento de la zona que resguarda los polímeros. Esta reacción puede presentarse tardíamente, después de 3 o 4 años de haberse introducido los polímeros.
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Beneficios de la retirada de biopolímeros
Si el procedimiento se ejecuta de manera profesional y con los cuidados exigidos los beneficios son numerosos. Se materializan como sigue:
1. Incremento de la calidad de vida del paciente al retirar piezas duras, imposibles de retirar de otra forma, que pueden estar causando alteraciones en el organismo o provocando molestias.
2. Una mejora en la calidad del tejido afectado.
3. El proceso ultrasónico calienta el colágeno de los tejidos, estos se contraen y se conserva la forma de la zona que resguardaba los biopolímeros.
Riesgos de una mala praxis
Algunas de las consecuencias de un procedimiento mal ejecutado son:
1. Quemaduras en los tejidos o edemas internos.
2. Diodos de diferentes longitudes, láser de neodimio o lipoláser, pueden provocar que los biopolímeros migren a otras zonas anatómicas. Si se acomete en el rostro puede migrar hacia el ojo y dañar su estructura. En el caso de los glúteos puede migrar hasta las pantorrillas. Puede suceder que los polímeros obstruyan las venas y desencadenen una trombosis.
Debemos subrayar que antes de proceder a la extracción lo más recomendable es exponer al paciente a una resonancia magnética que permita identificar al experto las zonas en las que se encuentra la sustancia que se inyectó y en qué cantidades.