Una de las principales dudas y temores que suelen tener las personas que quieren cambiar o retocar el aspecto de su nariz mediante una cirugía estética es si el resultado final se verá forzado, irregular, extraño o lucirá en armonía con su rostro y muy agradable. A continuación, te explicamos que es perfectamente posible lograr una nariz renovada y de apariencia natural en el quirófano.
Altamente recomendable
Hay hombres y mujeres que, por razones sociales, de salud u otro tipo, sienten algún desagrado por su nariz o simplemente quieren mejorar cómo luce y darle mayor realce a su cara. Para ellos existe la opción de practicarse una cirugía de nariz o rinoplastia de la mano de un profesional reconocido y certificado.
Se trata de una intervención quirúrgica que permite modificar la forma, el tamaño o el ángulo de la nariz (respecto a la boca o la frente) para corregir problemas congénitos, traumatismos o asimetrías. Obtendrás así un aspecto más bonito, armónico, mejor proporcionado con la estructura y rasgos faciales sin que se altere la funcionalidad de tu nariz.
En una rinoplastia, se actúa principalmente sobre la punta, el dorso y los orificios nasales. Esto depende de la singularidad del paciente, pues cada nariz tiene características únicas. Es un procedimiento bastante seguro, rápido (de 40 a 90 minutos, generalmente) y poco invasivo, con riesgos mínimos, de rápida recuperación y sin cicatrices evidentes.
Técnicas avanzadas
Las técnicas médicas han avanzado en dos direcciones. En la mayoría de los casos, se puede efectuar una rinoplastia cerrada, con incisiones por dentro de la mucosa nasal. Para casos complejos, se suele hacer una rinoplastia abierta, que consiste en cortar la piel inferior que separa los orificios nasales (columela) y plegar la punta nasal para exponer la zona y tener mayor campo de acción.
Ambas técnicas pueden incluir el empleo de tecnología ultrasónica: un aparato (piezotomo) que genera energía ultrasónica y se utiliza para moldear las estructuras duras de la nariz sin lesionar los tejidos blandos externos. Prescindimos así del escoplo, martillo y lima tradicionales. Este sistema, aunque prolonga el tiempo de operación, permite mejores resultados estéticos y menores lapsos de recuperación.
Máxima planificación para la mejor ejecución
Antes de proceder con la operación, deberás efectuar varias visitas informativas al cirujano plástico experto para que te haga un diagnóstico completo de la nariz y la fisonomía del rostro; entender tus gustos, expectativas y necesidades; resolver dudas; valorar las alternativas de mejora; técnicas viables; y realizar una proyección de los resultados esperados.
Esta evaluación minuciosa y la comunicación fluida son elementos importantes en la planificación de la cirugía plástica para que el resultado sea exitoso y personalizado. El análisis de fotografías del paciente en diversos ángulos y momentos, así como la clara definición de los aspectos que no se pueden cambiar, que son innecesarios o de retoques inadecuados, resultan de gran ayuda para garantizar la calidad de la intervención.
El cirujano puede valerse de tecnología de simulación 3D para generar una muestra aproximada de cómo quedaría tu nariz a futuro. Si bien este modelo se basa en los rasgos faciales y deseos del paciente, solo es una aproximación: en la práctica pueden surgir variaciones o limitaciones que afecten la exactitud del diseño, por lo que es una herramienta que exige mucha responsabilidad de uso.
Una nariz natural es la que luce bella y respira bien, lo cual se traduce en mejor autoestima y calidad de vida para el paciente. En ese sentido, la mejor rinoplastia es la que te permite balancear la simetría de la nariz de forma que sea imperceptible su alteración, resulte funcional y estéticamente atractiva, acorde a tu cara, agradable e impactante.
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